lunes, 24 de junio de 2019

La memoria, un lápiz y miles de fichas

María Moliner fue una mujer extraordinaria. Nació con el siglo y murió a los 80 años. Empezó a escribir un diccionario hacia los 50 años, a lápiz y en fichas bibliográficas, salvando las fallas sistemáticas del Diccionario de la Real Academia Española. Dieciséis años pasaron para que finalmente fuera publicado en dos volúmenes. Una filóloga dedicada a la biblioteca, a sus hijos y a su marido fue capaz de una hazaña que hoy nos parece, todavía, titánica.
Al final de la presentación de su Diccionario de uso del español, María escribe:
Por fin, he aquí una confesión: La autora siente la necesidad de declarar que ha trabajado honradamente; que, conscientemente, no ha descuidado nada; que, incluso en detalles nimios en los cuales, sin menoscabo aparente, se podía haber cortado por lo sano, ha dedicado a resolver la dificultad que presentaban un esfuerzo y un tiempo desproporcionados con su interés, por obediencia al imperativo irresistible de la escrupulosidad; y que, en fin, esta obra, a la que, por su ambición, dadas su novedad y su complejidad, le está negada como a la que más la perfección, se aproxima a ella tanto como las fuerzas de la autora lo han permitido.
Aquí, la magnífica obra de teatro en la que se nos presenta, de manera tan humana, la relación, quizá ficticia, entre una María que ya presenta signos del deterioro cerebral que sería la causa de su muerte, y su médico, su esposo, y su obra; pero sobre todo, con las palabras: Sufría del delirio de diccionarista.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

La memoria, un lápiz y miles de fichas

María Moliner fue una mujer extraordinaria. Nació con el siglo y murió a los 80 años. Empezó a escribir un diccionario hacia los 50 años, a ...

Los más buscados